ElL MILAGRO DE NUESTRA SEÑORA DE LOS MILAGROS

EL MILAGRO DE NUESTRA SEÑORA DE LOS REMEDIOS, VIRGEN DE BELMEZ.


La historia en el VALLE DEL GUADIATO, es amplia y seguro que en cada uno de sus pueblos existen muchas y variadas, así como numerosas leyendas.

Voy a contaros una de estas leyendas ocurrida en el vecino pueblo de Belmez, durante la ocupación árabe de este.

Los hechos ocurrieron en el Castillo de Belmez, fortaleza construida por los árabes para defender una amplia y rica extensión de terreno, con fértiles huertas regadas por el río Guadiato.

Dice la leyenda que existe un pasadizo secreto por el que cuando los habitantes del castillo eran atacados estos podían escapar.

Este pasadizo daba a un monte llamado Sierra Palacios, a unos cuatro kilómetros de distancia del castillo, por donde se salía a campo abierto sin que los que atacaban supieran por donde y como habían huido los habitantes del castillo.

El castillo unas veces estaba en manos de árabes y otras en manos de cristianos.
Una de las veces que estaba conquistado por los cristianos, fue atacado por los árabes.

Los cristianos resistieron como pudieron, aunque con el paso de los días cada vez se hacía más insoportable el asedio.

Cuando, pasado un tiempo, los soldados cristianos se dieron cuenta de que se hacía imposible resistir, decidieron escapar por el pasadizo, construido por ellos mismos y que los árabes aun no conocían, llevándose con ellos a todas las personas del castillo, así como a los animales que allí había para su alimentación.

Las gentes del lugar se negaron a irse sin llevar con ellos la imagen de la Virgen del pueblo, NUESTRA SEÑORA DE LOS REMEDIOS, a lo que no tuvieron más remedio que acceder los soldados.

A mitad de camino entre el castillo y Sierra Palacios, se dieron cuenta de que los árabes habían descubierto el pasadizo, y eran perseguidos de cerca por un numeroso grupo de soldados, por lo que era cuestión de poco tiempo que lograsen capturarlos a todos, dado que su marcha era lenta.

Viéndose perdidos y sin esperanza de conseguir llegar a la salida, decidieron rendirse y encomendarse a la voluntad de la Virgen, poniéndose en ese momento todas las personas que iban a rezarle.

Cual no fue su sorpresa, cuando pasado un tiempo desde que se pusieran a rezar, oyeron un gran estruendo y pudieron comprobar que parte del pasadizo se había hundido, dejando a sus perseguidores sin la posibilidad de llegar hasta ellos, por lo que pudieron escapar sin recibir daño alguno.

En Belmez hay una gran devoción por su Virgen, siendo venerada por toda su población, así como por numerosas personas de los pueblos de su alrededor.


Rafael Ortega Jurado