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miércoles, 22 de diciembre de 2010

EXCURSIÖN AL GUADIATO

El curso de 5º E.P. fuimos de excursión al campo. Lo pasamos muy bien en el autobús, aunque hubo algunos mareados. Llegamos al campo y lo primero que hicimos fue merendar, después jugamos un rato y como de costumbre los niños jugaban al futbol y las niñas, algunas hablaban, otras jugaban a la comba, otras jugaban al truque…

Por la noche toda la clase cenamos alrededor de una hoguera y cuando terminamos de cenar decidimos a que es lo que íbamos a jugar mañana por la tarde, porque los profesores querían que tuviéramos toda la clase un día de convivencia.

Por la mañana desayunamos, y los profesores fueron con nosotros, porque iban a enseñarnos el río Guadiato. Llegó la tarde, y antes de que el sol se pusiera, nos dispusimos jugar al juego que acordamos ayer: El Escondite.

Nos dividimos en grupos de cinco toda la clase. Los profesores se quedaron en las tiendas de campaña. Mi grupo eran Natalia, Cristina, Leticia, Almudena y yo.
Había cinco grupos, uno de ellos se quedó contando y como aquello era muy grande solo había que contar hasta cincuenta.

Empezaron a contar y nosotras nos fuimos corriendo y nos alejamos sin darnos cuenta y nos perdimos. Al cabo de cinco minutos nos dimos cuenta, y no sabíamos por donde estaba el camino de vuelta.

Seguimos andando y empezamos a ver unos brillos, el sol se había puesto, nos acercamos hacia los brillos que se veían a lo lejos, era agua, agua del río del Guadiato dijimos, estamos salvadas dijo Natalia corriendo hacia ella. Nos dirigimos todas hacia allí y nos sentamos casi a la orilla del río, nos acurrucamos y nos abrazamos muertas de frío.

De repente todas vimos algo brillar, ¿habéis visto eso? Dijimos Cristina y yo. Sí pero seguro que es el agua. Cristina y yo no confiamos de las demás, y nos acercamos. Cada vez brillaba más, estaban un poco enterrados pero aun así se veían. ¡Son diamantes! dijo Cristina gritando. Todas se acercaron corriendo y los cogimos todos y nos pusimos a andar por la orilla.

De repente vimos una sombra lenta y débil. Nos acercamos todas juntas por si pasaba algo. Era una niña con el pelo rizado y negro, morena y con los ojos negros como el carbón. Nos dio pena y le dijimos cómo se llamaba, ella corrió hacia atrás, pero no pudo porque había un árbol y se lo impidió, le dijimos que confiara en nosotras y que nos contara lo que le había pasado. Ella confió y dijo:-Me llamo Carolina, un día mis padres y yo vinimos a este campo y me perdí. Desde entonces no los he vuelto a ver.

Nosotras le ofrecimos nuestra ayuda y le dimos todos nuestros diamantes, ella nos dio las gracias emocionada.

Ya anocheció y de repente un grupo de sombras se acercaron y gritaron: -¡Las Hemos Encontrado!

Nosotras emocionadas fuimos a todos ellos, nos pusimos muy contentas y le contamos lo que había pasado e incluso lo de la niña. Los profesores pusieron carteles por todos lados y al cabo de un día los padres fueron a buscarla. Como era una familia pobre le dimos todos los diamantes que encontramos, se pusieron muy contentos y nosotras cinco salimos en periódicos, revistas, televisiones, radios, ordenadores, etc.


Bárbara Trancoso Fernández
COLEGIO PRESENTACIÓN DE MARÍA
5º E. P.

2 comentarios:

Letizia Medina Ortega dijo...

Muchas gracias por hacernos partícipes de tu historia me ha gustado mucho.

Almudena dijo...

Bárbara, gracias por ponernos en tu historia